Avales y garantías en operaciones de gran volumen

Avales y garantías en operaciones de gran volumen

Cuando una empresa busca financiación a escala importante, los avales y garantías en operaciones de gran volumen se convierten en un elemento decisivo. Su objetivo principal es determinar el riesgo para las entidades financieras, condicionan los tipos de interés y pueden definir si una operación sale adelante o se queda bloqueada. Comprender su papel es clave para empresas que necesitan crecer, realizar inversiones estratégicas o reforzar su liquidez.

Qué son los avales y garantías en operaciones de gran volumen

Los avales y garantías en operaciones de gran volumen son mecanismos que aseguran a la entidad financiera que la empresa cumplirá con sus obligaciones. En operaciones elevadas, como adquisiciones, compras de maquinaria estratégica, renovaciones de flota o inversiones inmobiliarias, funcionan como un colchón para reducir el riesgo.

Avales: respaldo de terceros para tu financiación

Un aval implica que un tercero (normalmente una entidad, sociedad de garantía o incluso un socio) responderá por ti si no cumples con el pago. Esto incrementa la confianza del financiador y permite acceder a mejores condiciones.

Garantías: activos que se aportan como respaldo

Las garantías pueden ser reales (inmuebles, maquinaria, depósitos) o personales. En operaciones de gran volumen suelen utilizarse garantías reales por su mayor estabilidad y valor tangible.

Por qué importan tanto en operaciones de gran volumen

A mayor importe financiado, mayor riesgo para la entidad. Por eso, los avales y garantías en operaciones de gran volumen influyen directamente en:

  • El tipo de interés

  • El plazo de amortización disponible

  • La probabilidad de aprobación

  • La flexibilidad de la operación

  • La rapidez en la concesión

Cuando una empresa planifica una operación millonaria, la estructura de garantías es tan importante como la necesidad de financiación en sí misma.

Cómo preparar una estrategia de avales y garantías adecuada

La estrategia empieza por un diagnóstico honesto de los activos disponibles y de sus limitaciones. Este diagnóstico incluye una valoración realista, comprobaciones sobre cargas o gravámenes existentes y la evaluación del impacto de inmovilizar determinados activos en la capacidad operativa futura de la empresa.

A partir de esa base se diseña una combinación coherente: garantías reales para dar solidez al préstamo, avales de terceros para cubrir riesgos vinculados a la ejecución del proyecto y cláusulas contractuales que permitan una respuesta escalonada en función del cumplimiento de hitos.

Planificar la estructura con antelación evita sorpresas en la Due Diligence del financiador y permite negociar con argumentos objetivos, porque el equipo financiero puede presentar no solo los activos que ofrece, sino el razonamiento sobre por qué esa composición disminuye el riesgo del negocio.

Consideraciones sectoriales y operativas

El tipo de proyecto condiciona la naturaleza de las garantías. En el sector industrial, la maquinaria y las instalaciones se valoran no solo por su coste de reposición sino por su potencial de reventa y por las certificaciones que faciliten su ejecución.

En transporte, la flota puede ser pignorada siempre que la documentación y el seguro estén en regla; en proyectos energéticos, la robustez del contrato de venta de la energía (PPA) es tan relevante como la garantía física de la instalación. Cada sector impone matices que el financiador anotará en su valoración de riesgo: aspectos regulatorios, estacionalidad de ingresos o dependencia de contratos marco.

Una estructura de avales y garantías en operaciones de gran volumen que no atienda estas singularidades corre el riesgo de ser rechazada o de recibir condiciones excesivamente onerosas.

Riesgos y errores más habituales al plantear avales y garantías

Un error común es confiar en valoraciones optimistas sin comprobar la situación registral y fiscal de los activos aportados. Otro fallo frecuente es comprometer activos estratégicos que limitan la capacidad de la empresa para seguir operando o crecer, como la hipoteca de la nave principal sin alternativas de liquidez.

También resulta contraproducente presentar avales cuyo avalista no pasa los filtros de solvencia del banco; en ese caso, la supuesta “garantía” no aporta valor real y puede incluso generar desconfianza.

La mejor práctica es anticipar estas objeciones y aportar documentación complementaria: tasaciones recientes, seguros en vigor, contratos de mantenimiento o argumentos que expliquen por qué el activo es fácilmente liquidable en el mercado relevante.

Consecuencias positivas de una buena estructura y cómo capitalizarlas

Una estructura bien diseñada no solo facilita la aprobación, sino que puede convertirse en una herramienta estratégica. Un paquete de avales y garantías sólido permite diversificar fuentes de financiación, acceder a mercados alternativos y mejorar la relación con las entidades financieras, lo que redunda en ventajas para futuras operaciones.

Además, una negociación exitosa con buenas garantías libera capacidad de apalancamiento para la empresa y evita la necesidad de recurrir a garantías personales que diluyan la toma de decisiones internas.

En resumen, invertir tiempo en diseñar la estructura adecuada aporta ahorro directo en coste financiero y mejora la flexibilidad estratégica de la compañía.

Preguntas frecuentes (FAQs)

1. ¿Qué diferencia hay entre un aval y una garantía en una operación de gran volumen?
Un aval implica que un tercero responde si la empresa no cumple con sus obligaciones, mientras que una garantía vincula un activo real o derecho concreto al préstamo. En operaciones de gran volumen suelen combinarse ambos mecanismos para reforzar la seguridad del financiador.

2. ¿Por qué los avales y garantías influyen en el tipo de interés?
Porque reducen el riesgo para la entidad financiera. Cuanto mayor sea el valor, la solidez y la liquidez de las garantías aportadas, menor será la prima de riesgo y, por tanto, más competitivo será el tipo de interés.

3. ¿Puedo obtener financiación de gran volumen sin garantías reales?
Es poco habitual. Las operaciones grandes casi siempre requieren garantías reales debido al importe elevado. En algunos casos, avales corporativos muy sólidos pueden complementar o reforzar la operación, pero rara vez sustituyen por completo a las garantías reales.

4. ¿Qué ocurre si las garantías ofrecidas no son suficientes?
La entidad financiera puede solicitar garantías adicionales, aumentar el tipo de interés, reducir el importe financiado o incluso denegar la operación. Por eso es clave preparar una estructura de garantías sólida antes de iniciar la negociación.

¿Hablamos de tu Proyecto?

Nuestro equipo de asesores está listo para analizar tu proyecto y ayudarte a definir la mejor estrategia de financiación, sin ningún compromiso.

Solicitar Asesoramiento Gratuito