Diferencias entre TIN y TAE: entiende las claves de tu financiación

DIFERENCIAS ENTRE TIN Y TAE

Entender las diferencias entre TIN y TAE es el primer paso, y el más crucial, para tomar una decisión financiera informada. Cuando buscas un préstamo, es fácil centrarse en la cifra más visible, el TIN (Tipo de Interés Nominal), que a menudo se usa en publicidad. Sin embargo, esta cifra es incompleta y puede llevar a error.

La verdadera «clave de tu financiación» reside en la TAE (Tasa Anual Equivalente). Esta es la única métrica que te permite descifrar la letra pequeña, entender el coste total real y, lo más importante, comparar de forma justa diferentes ofertas de préstamos.

¿Qué es el TIN (Tipo de Interés Nominal)? El precio del dinero

El TIN es, de forma simple, el precio que te cobra el banco por prestarte el dinero, expresado como un porcentaje anual. Es el interés puro del préstamo.

Sin embargo, el TIN es una métrica incompleta porque excluye todos los costes asociados a la operación. No tiene en cuenta:

  • Comisiones (de apertura, estudio, gestión, etc.).

  • La frecuencia de los pagos (el efecto de la capitalización).

  • Otros gastos vinculados a la concesión.

Es la cifra que los bancos publicitan porque siempre es la más baja y atractiva, pero no es la que acabarás pagando.

¿Qué es la TAE (Tasa Anual Equivalente)? El coste total

La TAE es el indicador real del coste de un préstamo. Su cálculo está regulado por el Banco de España precisamente para proteger al consumidor y permitir la comparación.

La TAE es la clave porque incluye el TIN y le suma la mayoría de los gastos y comisiones obligatorios:

  • El TIN (Tipo de Interés Nominal).

  • Las comisiones de apertura y estudio.

  • En algunos casos, seguros u otros productos vinculados obligatorios.

  • El efecto de la frecuencia de los pagos (un pago mensual no tiene el mismo coste financiero que uno anual).

Por tanto, la TAE es la única cifra que te permite comparar un préstamo de un banco A con uno de un banco B en igualdad de condiciones.

El caso práctico: la trampa de un TIN bajo

Veamos un ejemplo claro. Necesitas un préstamo de 10.000 € a 5 años.

  1. Oferta A (Banco Transparente): Te ofrece un 6% TIN y 0 € en comisiones.

  2. Oferta B (Banco «Gancho»): Te tienta con un 5% TIN, pero añade una comisión de apertura del 3% (300 €).

Si solo miras el TIN, la Oferta B parece un 1% más barata. Pero al calcular el coste real (la TAE), descubres la verdad:

  • Oferta A: Su TAE es del 6%. Lo que ves es lo que pagas.

  • Oferta B: La comisión inicial de 300 € dispara su TAE real al 6,27%.

Conclusión: El préstamo que parecía más barato es, en realidad, más caro. Esta es la trampa que evitas al fijarte siempre en la TAE.

Preguntas frecuentes sobre TIN y TAE

¿Un TIN del 0% significa que el préstamo es gratis? Casi nunca. Es una estrategia de marketing común. Un préstamo al 0% TIN suele esconder una comisión de apertura muy alta (por ejemplo, 500 €). Esa comisión es el coste real del préstamo y, al recalcularla, la TAE siempre será superior al 0%.

¿Qué gastos importantes no suele incluir la TAE? Aunque la TAE es muy completa, hay gastos que suelen quedar fuera porque dependen de terceros o de tus decisiones. Los más comunes son los gastos de notaría (en hipotecas), impuestos (como el IAJD) o seguros que contrates voluntariamente (y que no sean impuestos por el banco para darte el préstamo).

¿Para comparar préstamos, en qué me fijo: TIN o TAE? Siempre en la TAE. El TIN solo te dice el interés, pero la TAE te dice el coste total (interés + comisiones + gastos). La única forma justa de comparar dos préstamos es comparando sus TAE.