Cuando un emprendedor se decide a crear su empresa uno de los aspectos más importantes que debe tener en cuenta es cómo lograr capital para su proyecto. Conocer las distintas alternativas que hay en el mercado le ayudará a superar esta etapa satisfactoriamente. La financiación bancaria, la entrada de capital riesgo o el crowdlending son algunas de las opciones por las que puede decantarse el emprendedor.
Pero ¿cómo saber qué opción es la más rentable para cada negocio? Roberto Sergio Osuna Marcos, socio director de IDF All Financing afirma que “lo primero es saber con exactitud la financiación que va a requerir el proyecto. Y esta cantidad la vamos a calcular a partir del plan de negocio que tendremos que haber hecho antes de constituir la sociedad”.
Por tanto, una vez que se tenga un plan de negocio factible, podemos considerar algunas líneas de financiación como pueden ser las siguientes:
- Financiación bancaria.
- Una de las entidades que más apoya a los emprendedores y autónomos es MicroBank de CaixaBank. Con sus microcréditos de hasta 25.000€ podrán financiar el inicio, la consolidación o ampliación del negocio así como las necesidades de circulante.
- BStartup es una iniciativa de Banco Sabadell para apoyar a jóvenes empresas innovadoras y tecnológicas a desarrollar sus proyectos con las máximas garantías de éxito. Esta entidad realiza una inversión global de hasta 100.000€ tomando una participación de entre el 5% y el 15% del capital social de la startup.
- Sociedades de Garantía Recíproca.
- Avalmadrid cuenta con una línea específica que apoya a los emprendedores en la puesta en marcha de nuevos proyectos empresariales, financiando la adquisición de activos fijos o las necesidades de tesorería. Con unas condiciones financieras muy competitivas, el emprendedor puede solicitar hasta 60.000€ para comenzar un negocio. Eso sí, la entidad exige al empresario que aporte al menos el 25% de su plan de inversión.
- Préstamos Participativos de ENISA. Es una empresa pública, dependiente del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, que desde 1982, participa activamente en la financiación de proyectos empresariales viables e innovadores. Tiene diversas líneas de financiación entre la que destaca la de “Jóvenes Emprendedores”. Su objetivo es dotar de recursos financieros a las pymes de reciente constitución. Al igual que Avalmadrid, ENISA exige que el emprendedor aporte fondos propios a su proyecto, siendo éstos de, al menos, el 50% del importe del préstamo concedido.
- ICO. A través de su línea “ICO Empresas y Emprendedores 2016”, el Ministerio de economía y Competitividad concede financiación a autónomos y emprendedores que realicen inversiones productivas y/o necesiten liquidez. Esta línea se puede solicitar en la mayoría de entidades bancarias de España.
- Crowdfunding. Es una de las fuentes de financiación más popular en la actualidad. El emprendedor solicita financiación, normalmente a través de plataformas web, a distintos inversores que ponen en común sus recursos para apoyar el proyecto. Esta modalidad, a diferencia de los business angels, no permite a los inversores participar en la gestión de la nueva empresa. Existen diferentes modalidades de inversión colectiva: el crowdfunding de recompensa, de préstamo, de inversión o de donación. El emprendedor deberá valorar a cuál prefiere dirigirse en función de las características de su proyecto.
- Business Angels. Inversores privados que además de aportar capital, ponen a disposición del emprendedor, su valiosa experiencia y sus contactos. En la AEBAN, Asociación Española de Business Angels, el emprendedor podrá encontrar el mapa de redes que existen en las distintas comunidades autónomas. Es importante destacar que en este tipo de financiación el inversor privado intervendrá en la gestión del negocio, por lo que el emprendedor no tendrá autonomía plena en la toma de de decisiones.
- Capital Riesgo. Conocido también como Venture Capital. Los fondos de capital riesgo son entidades especializadas que facilitan recursos financieros de forma temporal, entre 3 y 10 años, sobre todo a startups con elevado potencial que se encuentren en fase de crecimiento. Estas entidades tienen participaciones en el capital social de la empresa, aportando ventajas significativas gracias a la profesionalización en su gestión.