Todavía es pronto para conocer el alcance real de la crisis del coronavirus en la economía, una de las consecuencias directas de esta situación es la morosidad bancaria. Las entidades financieras ya sufren los primeros impagos en los balances por parte de clientes que no pueden hacer frente a la letra o vencimiento de sus créditos, en la mayoría de casos vinculados al consumo.

Aunque en estos momentos las empresas pueden acogerse a una moratoria de cuatro meses para aplazar impuestos sin intereses y que las líneas de avales ICO están permitiendo que llegue la liquidez a las empresas con mayor agilidad, los bancos esperan un incremento de la tasa de morosidad en los próximos meses.

Previsiones del Banco de España

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, intervino este lunes en el Congreso de los Diputados algunas previsiones de lo que sucederá en los próximos meses.

Históricamente la tasa de morosidad sube un 0,7% por cada pérdida del 1% del PIB, estimando que este año habrá una caída de la economía próxima al 9,5%, la morosidad podría aumentar hasta 6,6 puntos porcentuales. Pero ¿qué supondrá esté incremento? Duplicar la tasa actual del 4,9% y situarnos por encima de la cifra alcanzada durante la crisis del 2008, un 8% . La cifra es solo una proyección, porque como recordó ayer Pablo Hernández de Cos, aún es pronto para calcular la magnitud real del impacto en la economía del coronavirus.

En el escenario dibujado por el gobernador del Banco de España, la morosidad comenzaría por los créditos al consumo, que han crecido a cifras de doble dígito durante los últimos ejercicios. «La experiencia histórica muestra que, ante caídas de renta de los hogares, la morosidad de los créditos al consumo tiende a aumentar con cierta rapidez», señaló de Cos.

Pero estos créditos no son hoy la mayor amenaza para los balances bancarios, ya que suponen alrededor del 26% del total del crédito concedido a los hogares. El problema real para el sector financiero, y por consiguiente para el conjunto de la economía, se producirá si los impagos se trasladan de manera masiva a otros ámbitos como hipotecas, avales del ICO, etc. El hecho de que el Gobierno haya ampliado a cuatro meses el plazo para ingresar impuestos por los contribuyentes sin intereses de demora o que el Estado avale un porcentaje de los avales del ICO suponen un alivio en estos momentos de incertidumbre donde se espera un incremento de la tasa de impagos.